Las implicadas en el accidente rellenan los formularios del seguro (13:20h 19/11/09)
Hablando en términos de Fórmula Uno, la bandera amarilla exige precaución al resto de competidores por un posible peligro en la calzada causado por un accidente.
Hoy, en el parking de Altabix hemos presenciado algo similar. Como no conozco los nombres de las protagonistas, éstas recibirán nombres relacionados con el mundo del motor, de modo que la conductora del coche tomará el nombre de “Alonsa” y la joven que manejaba el ciclomotor recibirá el nombre de “Valentina”.
Pues bien, un compañero y yo caminábamos plácidamente con un Burn en la mano bajo un sol radiante cuando oímos un tremendo estruendo. – “¡A cubierto!” exclamé yo mientras, en un acto de lo más altruista, arriesgaba mi vida arrojándome sobre mi compañero para intentar proteger la suya. Cuando la calma pareció restablecerse, ambos nos incorporamos y divisamos que la causa del estrépito había sido un golpe entre un coche y un ciclomotor. Como las normas de actuación para estos casos indican, corrimos en su ayuda y comprobamos que no había heridos. Acto seguido, tratamos de tranquilizar a las féminas, que se encontraban nerviosas e intranquilas tras el duro golpe y, una vez hecho esto, pasamos a comprobar los daños materiales. Asombrosamente, el coche parecía haber sufrido más daños que el ciclomotor; el primero presentaba una abolladura en la parte lateral mientras que al segundo apenas se le había girado la dirección. Una vez evaluados los percances sufridos por ambos vehículos, ayudamos a las damas en la tarea de rellenar los formularios del seguro y, mientras tanto, les pedimos que nos contaran, hasta llegar al detalle más insignificante, cómo había sucedido el accidente. Los hechos ocurrieron tal que así:
- Alonsa se disponía a abandonar la universidad para dirigirse a casa. Introdujo la llave en el contacto de su flamante Ferrari, pisó embrague, metió primera y giró la llave. Una vez encendido el motor, miró a ambos lados para comprobar si su salida del aparcamiento podía efectuarse con total seguridad, y, tras cerciorarse de esto, así lo hizo. Todo transcurría con normalidad hasta llegar a la primera intersección. Allí Valentina iba a entrar en escena.
Por todos es sabido que las sustancias energéticas y la conducción no son buenos compañeros, pero este dato no lo tuvo en cuenta Valentina, que, momentos antes de ponerse a los mandos de su ciclomotor, había ingerido un Burn, con su alto contenido en taurina. Así, alterada por los efectos del Burn, Valen arrancó su Honda y salió echando chispas, eufórica y desatada. Y en esas se hallaba Valen, creyendo que ésa podría ser su vuelta rápida, cuando, en la primera intersección, no respetó la preferencia y acabó colisionando frontalmente con el Ferrari de Alonsa, causando el brusco golpe que nosotros oímos.
Para despedirles, desde E.X.A News les hacemos una recomendación:
“Recuerden señores, cuando en las manos tengan un volante, la precaución es lo más importante!”
(Atención, las palabras aquí escritas no reproducen fielmente la realidad. La historia está basada en hechos verídicos pero “adornados” con un cierto toque de ficción)